¿Y si nunca encontramos judías mágicas? ¿ Y si solo encontramos... judías?
Mostrando entradas con la etiqueta cartas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cartas. Mostrar todas las entradas
jueves, 1 de marzo de 2012
"Tengo un nudo en la garganta que no me deja respirar, no hago más que rebobinar la película"
Y abro los ojos casi con miedo, encontrándome de bruces con el frío techo que me recuerda todas esas frases que aún ahora, cuando pensé que se habían borrado para siempre, me golpean. Cuando recuerdo me cuesta respirar, entenderás ya por qué no lo hago nunca.
Abro los ojos y suspiro muy fuerte. Tengo suerte de que estés aquí, de que no te hayas ido, porque no hace falta decir nada, sólo girar un poco el cuerpo y encontrarme con tus brazos que me abrazan todavía inconscientes, hundirme en tu pecho y ser salvada por tu mano que se mueve torpe por mi pelo, o por tu voz dormida murmurando a penas algo.
No hace falta despegar los labios, entendemos con miradas, siempre lo recuerdas. Me besas un poco la garganta y noto como desaparecen poco a poco las ganas de llorar, el nudo, todo el daño que guardo dentro. No hay presiones en el refugio de tu cuerpo, ya no me parece tan frío el techo, se me olvida por momentos el orden de las palabras que forman las frases que no consigo olvidar nunca del todo. Poco a poco la soledad se va huyendo cobarde por las rendijas de mi ventana. Dejas paso a una calidez que no conozco.
lunes, 5 de septiembre de 2011
Otro Aitutaki
Dentro de unos años me gustaría dejar de esperar algo de las personas e irme a vivir sola a una cabaña en Aitutaki. Me levantaría todas las mañanas con el sol en la cara y caminaría de una punta a otra de la playa hasta que me diera cuenta de lo absurdo que es moverse sin dirección alguna. Haría cualquier cosa de comer y me sentaría a leer horas y horas frente al mar. No tendría que emitir sonido alguno nunca más, podría olvidar cómo articular las palabras y quedarme tan en silencio que ni yo misma perturbaría mi paz.
Me sentaría al atardecer en mi ventana y fumaría sin mirar hacia atrás hasta que las estrellas me invitasen a tener un sueño tranquilo y sin sobresaltos.
Me gustaría, cuanto antes, dejar la esperanza de que voy a cambiar, de que los demás van a hacerlo, y encerrarme por completo en un presente que no tenga más que naturaleza, silencio, vacío y tranquilidad.
Me sentaría al atardecer en mi ventana y fumaría sin mirar hacia atrás hasta que las estrellas me invitasen a tener un sueño tranquilo y sin sobresaltos.
Me gustaría, cuanto antes, dejar la esperanza de que voy a cambiar, de que los demás van a hacerlo, y encerrarme por completo en un presente que no tenga más que naturaleza, silencio, vacío y tranquilidad.
jueves, 14 de julio de 2011
Los que no se atreven
He perdido la cuenta de las veces que lo he intentado. No puedo borrar lo que se ha quedado tan marcado, aunque sea de las decisiones más fáciles que haya tenido que tomar en mi vida, porque bien mirado... ¿hay algo más sencillo que eliminarte a ti?. Si yo quiero, nadie volverá a nombrarte, no volveré a verte. Si yo quiero, puedo olvidar absolutamente todo, tirar tus cosas, borrar las canciones. Ni siquiera tengo fotos que me persigan, sólo el recuerdo, las palabras, que podrían ser nada si yo quisiera.
Todas las mañanas tomo la misma decisión, y todas las noches me acuesto pensando en si no me estaré equivocando. Me acuesto y pienso que mañana lo veré más claro, pero mañana llega y nada cambia por este lado. Del tuyo no hay noticias, tampoco las quiero.
No debería dejar que se me olvidara lo único que he aprendido contigo en todo este tiempo.
Todas las mañanas tomo la misma decisión, y todas las noches me acuesto pensando en si no me estaré equivocando. Me acuesto y pienso que mañana lo veré más claro, pero mañana llega y nada cambia por este lado. Del tuyo no hay noticias, tampoco las quiero.
No debería dejar que se me olvidara lo único que he aprendido contigo en todo este tiempo.
sábado, 2 de julio de 2011
Y adiós muy buenas

La imagino perfectamente en ese pueblo de locos, agonizando en su camita que quiere verme, que quiere arreglar las cosas, que no puede acabar así. Puedo verla agarrando la mano de mi padre y pidiéndole por favor que me traiga a pesar de que llevemos años sin vernos, sin hablar, únicamente por su egoísmo, por su maldad. Cualquiera que haya caído en sus fauces de víbora sucumbe, así que la visión pasó a hechos reales: patéticos intentos de convencerme.
Nunca me habían chantajeado tantísimo en una misma conversación
"Se está muriendo"
Bien, que los gusanos hagan su trabajo.
"Tiene tu misma sangre, es tu familia"
No. Mi familia es esa gente que está a mi lado, que me escucha, que se preocupa. Mi familia son esas personas con las que puedo ser sincera sin miedo a que me señalen, las que siguen mis logros, me animan, me aconsejan y me abren los ojos a tortas si hace falta cuando me equivoco. La sangre está sobrando en todo este asunto.
Voy a quedarme aquí, en mi sitio, con mi vida, y que la suya se esté apagando no me va a hacer olvidar todo el daño, ni me va a hacer sacar fuerzas para arrancar todo rencor e intentar que se vaya bajo el suelo con la conciencia tranquila, creyendo que la he perdonado.
Esta es mi despedida, el más absoluto desprecio.
viernes, 17 de junio de 2011
Que se entere todo el mundo de que mi jardín es el más bello.
Pub con buena música, buena cerveza, buenos amigos. Fondos verdes, bancos de ladrillos y un camarero que te hace sentir la reina del universo... a ti y a todas, pero en fin, eso no importa.
Me regodeo en mi gratitud mirando la mesa roja de ikea, la misma que tengo en casa pero de color blanco haciendo la función de mesita de noche, y pienso en la de cosas que ha presenciado, la de gente que ha visto llegar, coger de mi lo que necesitaba e irse sin más... estoy a punto de helarme de pena otra vez cuando una mano amiga, una que lleva muchos años agarrándome, se interpone entre mi melancolía y la mesita haciéndome mirarle a la cara. Me sonríe. Sonrío.. yo no necesito más. Ella, a su lado, también lo hace, y por unos segundos somos tres idiotas sonriéndose. Me repongo sin esfuerzo.
El gran rey del terror hace su aparición estelar y obsequia a mis oídos con una voz de cantautor desafinado, con su armónica y sus letras llorosas... yo lo había avisado al sentarme: "como pongan al puto Dylan me pego un tiro". Y ahí estaba, pero también estaban ellos, así que nadie ha querido matarse, de hecho hemos reído bastante, tenía que pasar, tratándose de mí estaba claro, ha tenido su gracia.
De pronto, de la forma más natural y sin recordar muy bien en este momento a qué ha venido, me han dicho desde la izquierda: "te juro que en cuanto pueda te llevo a Amsterdam". Me ha conmovido...ha sido de dentro, con la certeza de lo que no puede ser de otra forma, tan sincero que no ha sido entendido que me llorasen los ojos. Me iría ahora mismo contigo si pudiera, a Amsterdam, a donde quisieras.
Luego resulta que el que ha llorado a sido él, mi cara contra su pecho, su respiración en mi pelo. Intentar reproducir sus palabras me parece un sacrilegio, pero no van a borrarse de mi piel. Tengo grabado ese momento, ese escenario en mitad de la calle bajo el árbol de flor roja que nos llueve. Me coge la mano, se la pone en el corazón, lloramos como idiotas y pienso que no se puede tener más suerte.
Llévame a Amsterdam, llévame donde quieras, pero no te separes nunca de mi lado.
Tengo el jardín más bonito. Me pueden romper la puerta, pisotearme la hierba, arrancar las flores, que siempre, siempre, cuando he conseguido tragarme el orgullo y susurrar un "socorro", en una tarde se ha repuesto el trabajo que me llevaría a mí días, semanas... depende.
La puerta sigue rota, pero ahora mismo no puedo hacer otra cosa que no sea admirar la belleza de mis flores.
Me regodeo en mi gratitud mirando la mesa roja de ikea, la misma que tengo en casa pero de color blanco haciendo la función de mesita de noche, y pienso en la de cosas que ha presenciado, la de gente que ha visto llegar, coger de mi lo que necesitaba e irse sin más... estoy a punto de helarme de pena otra vez cuando una mano amiga, una que lleva muchos años agarrándome, se interpone entre mi melancolía y la mesita haciéndome mirarle a la cara. Me sonríe. Sonrío.. yo no necesito más. Ella, a su lado, también lo hace, y por unos segundos somos tres idiotas sonriéndose. Me repongo sin esfuerzo.
El gran rey del terror hace su aparición estelar y obsequia a mis oídos con una voz de cantautor desafinado, con su armónica y sus letras llorosas... yo lo había avisado al sentarme: "como pongan al puto Dylan me pego un tiro". Y ahí estaba, pero también estaban ellos, así que nadie ha querido matarse, de hecho hemos reído bastante, tenía que pasar, tratándose de mí estaba claro, ha tenido su gracia.
De pronto, de la forma más natural y sin recordar muy bien en este momento a qué ha venido, me han dicho desde la izquierda: "te juro que en cuanto pueda te llevo a Amsterdam". Me ha conmovido...ha sido de dentro, con la certeza de lo que no puede ser de otra forma, tan sincero que no ha sido entendido que me llorasen los ojos. Me iría ahora mismo contigo si pudiera, a Amsterdam, a donde quisieras.
Luego resulta que el que ha llorado a sido él, mi cara contra su pecho, su respiración en mi pelo. Intentar reproducir sus palabras me parece un sacrilegio, pero no van a borrarse de mi piel. Tengo grabado ese momento, ese escenario en mitad de la calle bajo el árbol de flor roja que nos llueve. Me coge la mano, se la pone en el corazón, lloramos como idiotas y pienso que no se puede tener más suerte.
Llévame a Amsterdam, llévame donde quieras, pero no te separes nunca de mi lado.

La puerta sigue rota, pero ahora mismo no puedo hacer otra cosa que no sea admirar la belleza de mis flores.
martes, 14 de junio de 2011
Portazos, jardines y playas.
"Que me trague el mar, que me lleve"
Echo a correr por la arena y cierro los ojos pensando que bien podría ser nieve. Me acuerdo de Ana buscando a Otto... ¿a quién estoy buscando yo?.
Corro a una velocidad penosa, los zapatos se me llenan de tierra. De unas cuantas sacudidas me los quito y se quedan ahí atrás, abandonados.
Me sobran pensamientos, me sobra gente, me sobra amor, me sobran ganas, me sobra esperanza, me sobran recuerdos, me sobran caricias, me sobra la luz de la farola en la ventana, me sobra cama, me sobra espacio, me sobran los colores, me sobra música, me sobra la lluvia en el balcón.
Corro con los brazos abiertos y me pongo a gritar. Me sobra ropa. De un tirón me arranco los pantalones y la camiseta y me paro en seco. Estoy sola otra vez y la noche no me promete nada.
"Que me trague el mar, que me lleve"
Con el corazón en la boca y temblando, me voy metiendo al agua poco a poco y me olvido de Otto, de Ana, de todos los ideales que me persiguen. Voy adentrándome en lo oscuro, en lo frío... ni me molesto en cerrar los ojos. Mi cuerpo cada vez puede verse menos, hasta que al final nadie recuerda que estuve aquí hace tan sólo un momento.
lunes, 6 de junio de 2011
Lo importante
Fue mirando el mar oscuro cuando todo estuvo claro.
Te irás, me iré, ¿quién sabe?, lo importante es que estuviste. Lo importante es que sin pedir nada me moviste las piernas poco a poco, me besaste los párpados y me arropaste el corazón helado.
Sin conocer, sin saber, sin necesitar, sin exigir. Me quito el sombrero y te aplaudo en medio de esta playa totalmente solitaria en la tibia noche. Te aplaudo y con el eco me recuerdo que da igual que te vayas, que me vaya, que no vuelvas, que te extrañe. Me has dado lo suficiente como para que yo no pueda hacer otra cosa más que asentir y apoyar cualquier decisión que tomes. ¿Con qué derecho el pedirte, el reprocharte?.
Me quedo aquí dentro con tus ojos, con tus manos, con tu cuello. Me quedo aquí removiendo la arena y me repito que lo importante es que estás, que no importa lo que te extrañe.
Te irás, me iré, ¿quién sabe?, lo importante es que estuviste. Lo importante es que sin pedir nada me moviste las piernas poco a poco, me besaste los párpados y me arropaste el corazón helado.
Sin conocer, sin saber, sin necesitar, sin exigir. Me quito el sombrero y te aplaudo en medio de esta playa totalmente solitaria en la tibia noche. Te aplaudo y con el eco me recuerdo que da igual que te vayas, que me vaya, que no vuelvas, que te extrañe. Me has dado lo suficiente como para que yo no pueda hacer otra cosa más que asentir y apoyar cualquier decisión que tomes. ¿Con qué derecho el pedirte, el reprocharte?.
Me quedo aquí dentro con tus ojos, con tus manos, con tu cuello. Me quedo aquí removiendo la arena y me repito que lo importante es que estás, que no importa lo que te extrañe.
jueves, 19 de mayo de 2011
Que alguien me lo explique.
Que alguien me explique la lógica de querer andar sin suelo, de planear el futuro caminando a cualquier parte jugando a que sólo estás pasando el tiempo, de abrazar la almohada, de besar el aire, de acariciar el cielo para sentir por un instante que puede haber algo incluso más lejos que tú.
Qué sentido tiene decir "te amo" y que tú no lo escuches, que no lo sientas, que no repten mis palabras por tu oído y bajen por todo tu cuerpo, instalándose de forma indiscutible en cada uno de tus rincones.
Que alguien me lo explique, que yo de verdad, no lo entiendo
martes, 17 de mayo de 2011
Visiones, Deseos y absurdos
Te voy a seguir esperando con todo el absurdo que eso conlleva, cerraré los ojos fingiendo estar dormida y me deleitaré en escuchar tu respiración al lado de mi cama, sin saber si te quedas adentro o afuera, como siempre, como todo, sin saber si tu sitio está aquí conmigo, tomando mi mano, o si está al otro lado, adoptando el papel de imparcial espectador.
Abriré los ojos y estarás ahí con tu titubeo, con tu sonrisa linda y tus ojos fijos, extenderé los brazos y te podré tener a medias, lo suficiente para el momento, lo suficiente para extrañarte ahora, siempre.
Pero no es posible ver tu cara después de cada parpadeo, así que me quedo aquí, esperando de nuevo, imaginando mil y una situaciones, paseando con tu sombra en mis manos, jugando a que las cosas salen como yo quiero, a que me esperas con flores o calcetines de colorines, como tú prefieras, y me pides quedarte a mi otro lado de la cama, y que por una vez es transparente, sencillo, sincero.
lunes, 25 de abril de 2011
Volver
(...)Desde la furgoneta veo la lluvia paseando por los cristales, y pienso que hay pocos sonidos naturales tan bellos y reconfortantes como éste. A las personas que comparten estancia conmigo en esta casa con 4 ruedas la lluvia no les gusta demasiado, por ejemplo, mi madre no deja de bufar no se qué cosa de que Dios no puede ser Cristiano, que sino, no llovería siempre en semana santa. Por otro lado, mi perra ha llegado empapada de la calle y nos mira reprochándonos el haberla sacado con la llorera que se trae el cielo. Pero, ¿Quién iba a saber que llovería?, como casi todas las cosas de esta vida, pasó de repente.
Miro por la ventana y pienso en muchas cosas, aunque siempre es en la misma persona, sólo cambian las situaciones. A él sí que le gusta la lluvia y seguramente si estuviera aquí a mi lado, me abrazaría contra el frío, seguiríamos el nacer y el morir de las gotas en el cristal y acabaríamos haciendo el amor en el no poco espacio que deja una cama dentro de este coche.
Ahora estoy aquí, y contra todo pronóstico, el echar de menos no es algo negativo. Paso mucho tiempo leyendo y tocando, dándome cuenta de que todo empieza a tener un sabor distinto, uno que ya había aprendido a no necesitar con el paso del tiempo, y ahora que no está la necesidad y únicamente los sentimientos en su forma más pura, no puedo evitar sonreír por todo y bucear en la sensación tan maravillosa de saber que en cualquier parte del mundo puede haber alguien que te quiere en su vida.
lunes, 18 de abril de 2011
für A
Cada mirada hacia el pasado, cada calada a la nostalgia, al recuerdo del amor que ya no está, cada paso creído hacia delante (que en realidad es una carrera de espaldas al futuro), cada gramito de esperanza mal lograda, iban construyendo a lo largo de toda mi espalda unos grilletes que se me clavaban en la piel y me conectaban con una tierra que yo ya tendría que haber dejado. Lo bueno de tener los grilletes es que notas su peso, notas su rasgar sobre tu cuerpo, y te das cuenta de que no estás haciendo las cosas bien. Lo malo de tenerlos es que cada intento de abanzar, tira de la cuerda que conecta tu alma encadenada al pasado y el grillete tira. Tira y te arranca un poco de piel, te va dejando el cuerpo dolorido. Digo lo malo porque a nadie le gusta el dolor, tendemos a conformarnos con lo que hay, a pesar de que no es bueno para nosotros, a pesar de que no somos dueños realmente de nuestras emociones.
He conseguido andar hacia adeante muy poco a poco, tirando de las cuerdas, de los grilletes, de mi mundo entero y ahora estoy aquí, con el alma en carne viva y más feliz que en mucho tiempo.
sábado, 2 de abril de 2011
Quiero la baja, exceso de mentiras.
Ya no queda ni rastro de la persona a la que tanto quise, ¿cómo puede ser que la gente cambie tanto?.
Cambiar hasta el punto de que las cosas que tanto despreciabas, ahora tienen un primer lugar en tu vida, gente que no soportabas, ahora es prácticamente imprescindible.
Tantas cosas que hemos compartido y ahora me parece casi imposible volver a hacer, ¿te vienes a escucharme tocar?, ¿me acompañas al recital de poesía?, ¿quieres ver una exposición de fotografía conmigo?. Pero lo que más me choca es la gente, de verdad, cómo puedes criticar a tantas personas, su actitud, y luego cuando no estás conmigo te falta besarles los pies.
Una de dos, o hay personas con la capacidad de transformarse totalmente en 2 meses, o me han estado mintiendo durante tanto tiempo que ya soy incapaz de distinguir que ha habido de real en todo lo que ha pasado.
Miro tus ojos indiferentes, tu actitud, tu porte y siento asco. Siento asco porque estás empezando a ser lo que desprecio y tengo muchos recuerdos encontrados en este momento. No me vas a hacer llorar, ni siquiera pienso dedicarte ni un segundo de tristeza, pero lo que si me gustaría, más que nada en este mundo, es poder darte un guantazo de realidad y que vieras lo triste y vacía que se va a volver tu vida.
Cambiar hasta el punto de que las cosas que tanto despreciabas, ahora tienen un primer lugar en tu vida, gente que no soportabas, ahora es prácticamente imprescindible.
Tantas cosas que hemos compartido y ahora me parece casi imposible volver a hacer, ¿te vienes a escucharme tocar?, ¿me acompañas al recital de poesía?, ¿quieres ver una exposición de fotografía conmigo?. Pero lo que más me choca es la gente, de verdad, cómo puedes criticar a tantas personas, su actitud, y luego cuando no estás conmigo te falta besarles los pies.
Una de dos, o hay personas con la capacidad de transformarse totalmente en 2 meses, o me han estado mintiendo durante tanto tiempo que ya soy incapaz de distinguir que ha habido de real en todo lo que ha pasado.
Miro tus ojos indiferentes, tu actitud, tu porte y siento asco. Siento asco porque estás empezando a ser lo que desprecio y tengo muchos recuerdos encontrados en este momento. No me vas a hacer llorar, ni siquiera pienso dedicarte ni un segundo de tristeza, pero lo que si me gustaría, más que nada en este mundo, es poder darte un guantazo de realidad y que vieras lo triste y vacía que se va a volver tu vida.
domingo, 13 de marzo de 2011
Aitutaki
Voy a ir comprando palitos de madera y poco a poco perfeccionaré mi técnica, pasaré de hacer ridículas cabañas formato ratón encima de mi mesa, casas de pájaros o cajones para los calcetines, a poder hacerme mi propia cabaña de madera en mitad de la isla más bonita que se me ocurre.
No puede ser tan difícil, yo no necesito mucho. Una habitación o dos habitaciones con todo muy concentrado sería suficiente, de hecho, estoy acostumbrada a vivir en un espacio bastante parecido.
Imagino que antes de dormir, escucharía la lluvia cayendo o algún animalillo al pasar. Me despertaría con el canto de los pájaros y remolonearía contando los segundos que tardan entre una ola y otra dar contra la orilla.
Y puede ser que en mi casita del sueño al abrir los ojos estuviera cerca tu sonrisa de tonto, fuese donde fuese. A mi lado, en una cama pequeñita o mirando por la ventana, de pie, desnudo, en medio de la nada, pero siempre muy cerca.
También puede ser que yo nunca aprenda a construir una casa, que ni siquiera los pájaros quieran vivir en los refugios que les fabrico. Aún así, a cabezota no me gana nadie. Seguro que algún día llamaría y pediría una de esas cabañas de alquiler construidas por alguien que tiene las manos que a mi me gustaría tener.
Claro, no sería para siempre y me sentiría como una intrusa. Casa de alquiler, sensaciones de alquiler, vistas de alquiler, besos de alquiler. No sería lo mismo, pero podría resultar lindo imaginarte deambulando mientras lees a algún poeta, o durmiendo en una cama que no es mía. Compartiendo juntos la sensación de intrusión y de sueño pagado, pero sintiéndote muy dentro de mi cuerpo, que a fin de cuentas, es lo único que me pertenece por completo.
martes, 8 de marzo de 2011
La luna, la playa y Fran
Recuerdo que no sabía hacer rebotar las piedras en el agua y que el corazón se me caía a pedazos.
Recuerdo las noches en silencio observando el ir y venir de las olas. Acompañada pero a solas con mis pensamientos, por lo menos disfrutaba de tener un cuerpo humano cerca.
No sabía hacer rebotar las piedras en el agua y nos reíamos mucho de ello, olvidándome a base de sonrisas de cómo me sentía en realidad. La distancia, las mentiras, los miedos.. todo hace mella y acabas ahogada en el fondo del mar.
Pero al final aprendí a lanzar la situación y hacerla saltar hasta alejarla de mi, para sólo ver las ondas que quedaban a su paso y no volver a sentir la frustración de no controlar algo que depende únicamente de mis movimientos.
lunes, 21 de febrero de 2011
sofás rojos con frambuesa.
Soy la emperatriz de las casualidades, a pesar de que no todas las traiga/provoque/encuentre yo. Algunas las trae la Luna, y no una cualquiera. Una Luna tatuada en el cielo, de verso libre y con una fuerza increíble, tanto que es capaz de empujarme hasta compartir el mismo aire y suelo mojado con un loco que desayuna a 300 km de su casa.
Cara a cara con la situación y muerta de frío, me regodeo al darme cuenta de que no he olvidado cómo es esa sensación tan agradable de ver que las cosas van bien y no hace falta que mueva miles de hilos. Ya vienen de serie, cada una en su sitio y metidos en una cajita. El broche de oro es que es real y transparente, ahora sólo queda que termine esta sensación de que todo se va a torcer, de que a mi linda casualidad le salgan patas y desaparezca por alguna parte del mundo.
Encogida en mi pequeño refugio calentito, cierro los ojos y me río para mis adentros del pobre Cernuda, que da golpes en la tumba intentando ordenar un poco la situación.
Cara a cara con la situación y muerta de frío, me regodeo al darme cuenta de que no he olvidado cómo es esa sensación tan agradable de ver que las cosas van bien y no hace falta que mueva miles de hilos. Ya vienen de serie, cada una en su sitio y metidos en una cajita. El broche de oro es que es real y transparente, ahora sólo queda que termine esta sensación de que todo se va a torcer, de que a mi linda casualidad le salgan patas y desaparezca por alguna parte del mundo.
Encogida en mi pequeño refugio calentito, cierro los ojos y me río para mis adentros del pobre Cernuda, que da golpes en la tumba intentando ordenar un poco la situación.
sábado, 12 de febrero de 2011
Der Weg
No me has visto llegar a lo más alto para después precipitarme al vacío sin escapatoria ninguna, sin poder usar la cuerda de emergencia y desplegar un paracaídas que hiciese el dolor mucho más leve. No has visto cómo se quebraron todos mis huesos ni has escuchado los gritos ahogados de dolor indescriptible.
No has despertado alguna mañana conmigo para comprobar lo mucho que me costaba levantarme, lo que me dolía regresar del mundo de los sueños para enfrentarme ,escudo y lanza ya oxidados, al mundo real.
No has secado mis lágrimas, aunque sé que podrías describir a la perfección cada una de ellas.
No me has visto armándome de valor y tirar conmigo como quien tira de un muerto. No has comprobado con alegría como fue desapareciendo la sonrisa torcida, ni te has podido sentir orgulloso de que por fin me haya levantado, que de por fin las cosas no vayan tan mal.
No has visto nada de nada, pero nos encontramos por casualidad a mitad del regreso a la cumbre, en el punto intermedio en el que echar la vista atrás aún duele pero no asfixia.
Quizá vuelva a llegar a la cima yo sola, o quizá lleguemos los dos juntos, como dos caminantes solitarios que se alegran aunque recelando de poder compartir una parte del destino. Sea como sea, me alegro de que estés aquí conmigo.
No has despertado alguna mañana conmigo para comprobar lo mucho que me costaba levantarme, lo que me dolía regresar del mundo de los sueños para enfrentarme ,escudo y lanza ya oxidados, al mundo real.
No has secado mis lágrimas, aunque sé que podrías describir a la perfección cada una de ellas.
No me has visto armándome de valor y tirar conmigo como quien tira de un muerto. No has comprobado con alegría como fue desapareciendo la sonrisa torcida, ni te has podido sentir orgulloso de que por fin me haya levantado, que de por fin las cosas no vayan tan mal.
No has visto nada de nada, pero nos encontramos por casualidad a mitad del regreso a la cumbre, en el punto intermedio en el que echar la vista atrás aún duele pero no asfixia.
Quizá vuelva a llegar a la cima yo sola, o quizá lleguemos los dos juntos, como dos caminantes solitarios que se alegran aunque recelando de poder compartir una parte del destino. Sea como sea, me alegro de que estés aquí conmigo.
domingo, 6 de febrero de 2011
Siempre te idealizo.
Hay tanto que decir, tantas cosas que pienso, que se arremolinan en mi cabeza y no saben cómo salir, no entienden de orden ni tacto. Son tantas las situaciones que no entiendo y tantas las palabras vacías que no se llenan con hechos, que ya no sé si tengo que sentirme decepcionada o agradecida.
Decepcionada por todas las mentiras que se escapan por esos labios de seda y miel, o por todos esos momentos de íntima luz en los que el mundo deja de girar, para después frenar bruscamente cuando tú lo ordenes. Pero también podría estar agradecida porque tu boca no me envenenase con lo que de verdad puede estar pasando, o porque en algunos momentos de mi vida, los menos esperados, te cuelas por la ventana y nos olvidamos de quienes somos.
Hay tanto que decir y hoy no me salen las palabras.
domingo, 23 de enero de 2011
¿Realmente nos quisimos tanto?
Yo sí que te amé. Te amé con todas las fuerzas que ya no me quedan, de una forma insana pero plena, con todo mi cuerpo... si, cada uno de mis poros gritaba tu nombre a los 4 vientos, reclamándote en mi cama día y noche. A veces, cuando tú no estabas, lloraban las esquinas de mi casa preguntando cuándo volverías, y las sábanas me presionaban exigiendo tu presencia.
Ahora, todo está en silencio.
Silencio en mi casa.
Silencio en el alma.
Ya no queda nada que pedir ni que contar. Sólo algunos valientes susurros a media noche, se atreven a silbar con melancolía la melodía de esa historia que no debo echar de menos.
Pero a veces vuelves, y mi cama cruje bajo tu espalda y la mía, fundida en una misma persona, haciendo que durante unas horas parezca que de verdad queda algo.
Cuando te vas, siempre prometes volver, y siempre cumples tu promesa. Es ahí cuando mi conciencia me mira con preocupación y la razón intenta imponerse consiguiendo un éxito nulo. No hay lugar a razones cuando aún puedo rebañar un poco la miel de lo inexistente.¡Y qué felices fuimos!
jueves, 13 de enero de 2011
Para que lo leas cuando decidas dejar de esconderte
Si bien es cierto que de tus ojos solo he saboreado el liviano amor y de tus labios la amarga decepción, hoy , por ser hoy y no otro día, esperaba que al despertar estuvieras a los pies de mi cama, con esa sonrisa triste y esos ojos negros.
"Buenos días, preciosa" dirías
Y allí me quedaría yo, mirándote sin decir nada, porque realmente no encontraría las palabras, pues ¿qué diría?: ¿qué te quiero?, ¿que te echo en falta?, ¿que te necesito?, hace tiempo que nada de esto puede estar asociado a tu persona.
"Buenos días" acabaría diciendo yo
Pero la vida sigue y tú no permaneces despierto para verme amanecer, ni esperas en la esquina de mi casa, siempre con tu triste expresión, la sonrisa torcida y los brazos cruzados. Da igual los años que pasen y las vueltas que de la vida, hay cosas que nunca van a cambiar.
Contigo ya no existan las expectativas, no existen los sueños, a pesar de que no cumplimos ninguno.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
La noche más larga
Los caminos no se cruzaron finalmente y allí te quedas tú, con tus ojos tristes y los puños apretados, con las ganas de desaparecer, de decidir de una vez sobre tu destino, de empezar a poder mover los pies.
Solo eres un pobre niño ahogado en el tedio, que perdió el norte hace mucho tiempo.
Y allí, sin embargo, no me quedo yo. Estoy aquí, mirando con reproche a la luna llena, que sin ningún permiso ilumina el vacío que dejan los recuerdos en mi cama.
Tan solo soy una niña que evita muchos pensamientos y que cuando menos se lo espera, los recuerdos la sorprenden. Y si, Creo que también perdí el norte contigo. Dejaría mi brújula entre tu pelo, tus sábanas y tus besos ,y ahora, tan solo de vez en cuando, olvido el camino entre esa estúpida manía de echarte de menos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)