¿Y si nunca encontramos judías mágicas? ¿ Y si solo encontramos... judías?

martes, 31 de mayo de 2011

Descubrimientos de supermercado


No pensaba encontrarme con algo sencillo y magnífico en un lugar tan poco relacionado con el arte como lo es un Mercadona. En Almería tenemos uno justo al lado del conservatorio, así que me pilla de paso cuando vuelvo a casa. Hoy, mientras hacía cola, me he fijado en que la pared de encima de las grandes puertas de salida (o de entrada, depende de dónde te sitúes, claro) hay una serie de dibujos pintados sobre la pared. Es un conjunto bastante grande, así que la cola que he tenido que esperar me ha brindado la oportunidad de estudiar los detalles por primera vez. En mi cabeza, poco a poco, he ido formando una historia con cada personaje, hasta encajar todas las piezas y crear una historia con sentido.

" Claro que si, eso es lo que pasa"- Digo para unos adentros que no han tenido que ser tan míos, porque el chico que tengo delante se gira y me mira extrañado. Entre otras muchas cosas he heredado de mi padre el hablar en media voz sin darme cuenta, qué vamos a hacerle.

Mientras la cajera va pasando mis artículos con indiferencia a lo demás, vuelvo a mirar la escena de la pared. El hombre que se despide en el carruaje en realidad está enamorado de la mujer que conversa con el joven en la colina. Su esposa le abraza sin saber absolutamente nada y su madre mueve un pañuelo con tristeza. Dos mujeres relativamente cerca del carruaje comentan entre susurros el romance secreto...pensándolo bien, todos los allí presentes parecen saberlo todo, menos los niños y los perros que juegan por la hierba, y la esposa, claro, la engañada siempre es la última en enterarse.

Cojo mis bolsas y me baja un nudo por la garganta, ¿cuántas veces he sido yo la que abrazaba al mentiroso?, ¿hasta qué punto no me he dado cuenta de lo evidente a ojos de todos?-Señorita, por favor...- ¿Por qué el haber perdonado lo imperdonable?, ¿por qué la falta de orgullo?-Señorita, ¿quiere hacer el favor?...- Una señora me empuja con el brazo perdiendo la paciencia y me aparta de la salida que yo estaba obstruyendo.
No. No voy a permitir que nadie vuelva a herirme con mentiras.

martes, 24 de mayo de 2011

Relatos de lo que pudo ser

Le tomé de la mano, se lo repetí con el pensamiento una y mil veces "esta es la última vez que nos veremos" , y él comprendió. Entendió mis razones sin yo tener que despegar los labios, sin hacer más gesto que una caricia de mano rota, de camino entrecortado, desde su hombro hasta el aire que separa sus dedos de los míos temblorosos y culpables.
Huí como hacen los cobardes, con la cabeza gacha y el corazón hacia delante, mientras él se quedaba ahí parado, probablemente durante años, en el bucle sinsentido del recuerdo.

Ahora estoy aquí y en el reflejo de mi rostro en el vaso de cerveza puedo adivinar el contorno de sus ojos. Abriendo el rincón prohibido del alma, me permito aún en mis más solitarias noches, escuchar su voz rota, aguda, muerta, "te comprendo".

Sólo miré tras mi hombro ese día pardo y frío. Se había subido encima del banco en el que anclamos para siempre nuestro  podría haber sido, y me miraba caminar a lo lejos, con las manos en el estómago, con los ojos muertos.

Aún hoy, donde nadie habla mi idioma, donde la gente cruza sin mirar su entorno, donde no hay lugar para lo sincero, donde todos saben de máscaras, donde parece no existir el tiempo. Aún hoy, aún aquí, me permito cerrar los ojos e invocar tu dulce fantasma, que me arropa, que me toca el pelo mientras lloro sin consuelo tantísimos errores, y que me dice con su dulce voz muerta, sombra del recuerdo, "te comprendo".

jueves, 19 de mayo de 2011

Que alguien me lo explique.


Qué sentido tiene decir "te quiero" y sentirlo, tachar el calendario con el bolígrafo rojo (faltan 10. faltan 9...), hacer la maleta una  y otra vez, gritarle al reloj que dónde ha quedado su prisa ahora, teclear hasta convertirse en la mejor secretaria que alguien pueda imaginar, sonreírle a la pantalla hasta sentirse completamente absurdo. 
Que alguien me explique la lógica de querer andar sin suelo, de planear el futuro caminando a cualquier parte jugando a que sólo estás pasando el tiempo, de abrazar la almohada, de besar el aire, de acariciar el cielo para sentir por un instante que puede haber algo incluso más lejos que tú. 

Qué sentido tiene decir "te amo" y que tú no lo escuches, que no lo sientas, que no repten mis palabras por tu oído y bajen por todo tu cuerpo, instalándose de forma indiscutible en cada uno de tus rincones. 


Que alguien me lo explique, que yo de verdad, no lo entiendo 

martes, 17 de mayo de 2011

Visiones, Deseos y absurdos


Te voy a seguir esperando con todo el absurdo que eso conlleva, cerraré los ojos fingiendo estar dormida y me deleitaré en escuchar tu respiración al lado de mi cama, sin saber si te quedas adentro o afuera, como siempre, como todo,  sin saber si tu sitio está aquí conmigo, tomando mi mano, o si está al otro lado, adoptando el papel de imparcial espectador.
Abriré los ojos y estarás ahí con tu titubeo, con tu sonrisa linda y tus ojos fijos, extenderé los brazos  y te podré tener a medias, lo suficiente para el momento, lo suficiente para extrañarte ahora, siempre.

Pero no es posible ver tu cara después de cada parpadeo, así que me quedo aquí, esperando de nuevo, imaginando mil y una situaciones, paseando con tu sombra en mis manos, jugando a que las cosas salen como yo quiero, a que me esperas con flores o calcetines de colorines, como tú prefieras, y me pides quedarte a mi otro lado de la cama, y que por una vez es transparente, sencillo, sincero.

sábado, 14 de mayo de 2011

Comienzos de alcohol y nicotina

No sé cuánto tiempo he pasado mirando mi rostro en el espejo, quizá sólo unos ridículos segundos, unos minutos, o quizá llevo una vida entera aquí en frente, escrutando  mis ojos, intentando no mirar atrás pero sin avanzar lo más mínimo. Sea como sea, al final cojo las tijeras y procedo. Poco a poco van cayendo mechones de pelo rojo y negro. Negro de mi color, rojo como a ti te gustaba.

Y es que siempre hice lo que a ti te parecía mejor y nunca te diste cuenta de nada, siempre tan ciego, siempre en tu propia desdicha imaginaria. Pero nada de eso importa , he tardado en darme cuenta, pero al final no hay otra salida posible. Nada de eso importa ya, me encuentro en el punto cero, en ese momento crucial en el que sólo estamos yo y mi reflejo frente a un futuro totalmente incierto y no por eso menos esperanzador.

Hay colillas por todo el cuarto, botellas de alcohol de mala muerte desparramadas junto con un montón de borradores de cartas que no van a llegar nunca  a ninguna parte... no es un buen comienzo, pero de alguna forma hay que tomar conciencia. Ahora se le unen  montones y montones de pelos bicolores en este cuartucho de hotel.

Miro un rostro nuevo en el espejo, doy una calada y me regalo una sonrisa torcida.

Vamos a empezar de nuevo.

lunes, 9 de mayo de 2011

El motor de la tristeza


Sentada en el tranquillo de mi casa (para los que no sean andaluces, tranquillo=escalón) voy contando las campanadas de la catedral cada quince minutos. No tengo dinero, lo último que me quedaba lo gasté en un libro de poesía esta tarde en compañía de Ignacio, ¿quién iba a saber que me quedaría sin llaves  y sin batería en el teléfono?. Voy contando las campanadas de la catedral y me doy cuenta de que ha pasado mucho tiempo, que mis pies están fríos y que yo apenas soy capaz aprovechar el tiempo pensando en algo productivo. 

Oigo como un chico pasa a mi lado arrastrando los pies, con esa mirada de los que la tenemos fija en el  pasado. Pasa a mi lado y casi me pisa, pero ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy allí, ¿llevo tanto tiempo esperando que ya me he fundido con el suelo o es que de verdad va tan metido en si mismo que no percibe lo que hay a su alrededor?. Le miro desde mi aparente invisibilidad y veo cómo se acerca a su moto, abre el sillín, saca un casco naranja horrible y se lo coloca con mucha parsimonia, con una lentitud  casi ceremonial. Le da la vuelta a las llaves y se queda un rato mirando la fachada de la catedral, suspirando tan fuerte que mis perros (que están detrás de la ventana en la que ha enganchado su vehículo) se ponen a ladrar denunciando tanto escándalo. 

Al cabo de unos exagerados segundos, intenta arrancar la moto. Lo intenta 3 o 4 veces sin éxito alguno, y entonces, me sorprende. Se baja de la moto y se desabrocha  el casco con la misma velocidad. Se sienta con los brazos abrazando las piernas y hunde el rostro en ellos. Entonces, en un leve gemido entrecortado, escucho cómo llora seguramente unas cuántas desdichas que culminan con el no poder hacer funcionar el cacharro que tendría que llevarle a casa. 

Le escucho llorar a tres palmos de mi. Las campanas de la catedral vuelven a sonar. 1,2,3,4, abrazo mis piernas y adopto la misma postura que mi acompañante, 5,6,7,8, cierro mis ojos y dejo que unas cuántas lágrimas se escapen, 9,10,11 y 12. 

Hacía ya mucho tiempo que no experimentaba algo tan parecido a la profunda soledad. 

domingo, 8 de mayo de 2011

Premio :)


Me hace una ilusión muy tonta ver que la gente se acuerda de mi en sus blogs, y en especial esta vez me ha gustado mucho por la explicación a mi nominación:
http://kalina-nyu.blogspoA Kalina porque con sus dudas siempre terminamos preguntándonos las cosas..
t.com/


La autora de dicho comentario es "pinceladas de mi día  a día" , del blog "destino, hado, azar, sino, estrella" (lo he dicho en orden, creo) http://soyelamodemidestinoelcapitandemialma.blogspot.com/

Así que, allá vamos, 7 características de Kalina:

1. Es muy difícil que yo me enfade de verdad, ha ocurrido pocas veces, pero cuando pasa tiene consecuencias bastante importantes

2. Me gusta mucho inventarme chistes malos con la armonía y la gramática Alemana.

3. Mis gustos van de un extremo a otro, en todos y cada uno de los sentidos, así que creo que sería incapaz de ponerme una etiqueta a mi misma.

4. Cuando me regalan calcetines soy la persona más feliz del mundo.

5. Aunque lo odie soy muy celosa y tremendamente insegura.

6. Cuando alguien me demuestra que merece la pena, lo doy todo por esa persona

7. Soy incapaz de alejar completamente a la gente por la cual he sentido algo, a pesar de que en muchas ocasiones me lastimen.

Y creo que ya está, así que aquí tenéis mis nominaciones:

*  Ignacio, mi hermano postizo y colaborador en otro blog http://freudtendriaalgoquedecir.blogspot.com/

*  Adagio, porque me río un montón con ella http://nadiesperfecto19.blogspot.com/

* Papá pingüino, para hacer una bonita contradicción entre lo mucho que me gusta su blog y lo que aborrezco a ese animal http://eleganciadelpinguino.blogspot.com/

* Y por último, a Steppenwolf, que es de los primeros blog que me siguieron y sigo, y le tengo mucho cariño  http://bloggerjr2001m.blogspot.com/

Salud!

miércoles, 4 de mayo de 2011

Otro posible movimiento curioso

Y de pronto, ella me cierra la puerta en las narices. Me ha echado de casa y empiezan  a volar por la ventana todas mis cosas.

- Por el amor de Dios, ¡te he traído flores!

Sólo escucho una bola de insultos y juramentos al cielo...si, esta vez está cabreada de verdad. Me ajusto la corbata y pongo los brazos en jarras mirando cómo caen una por una todas mis pertenencias, pensando, que por lo menos, podría tirarme unas cajas. Parece leerme el pensamiento y tres o cuatro cuadrados de cartón me golpean la cabeza. Me atuso el pelo y decido actuar, usar todas las cartas.

- Hablemos, por favor. No he dejado de pensar en ti ni un sólo segundo.

Bingo, es que nunca falla. Ha cesado la lluvia de libros y revistas, aunque sigo escuchando su voz bajito, cortada por los sollozos, momento clave. Pienso en qué podría decirle a una velocidad vertiginosa. Intenté rememorar cada uno de nuestros momentos bonitos, los recursos lingüísticos que siempre funcionaban con ella, visualizando cada uno de los rasgos de su personalidad y concentrándome mucho en su cuerpo, para elevar cada detalle al máximo exponente.

- Mi amor, no me quito de la cabeza ni uno de los maravillosos momentos que he pasado a tu lado. No puedo vivir sin volver a escuchar tu voz susurrando en mi oreja, sin sentir tu mano suave en mi pecho. No me imagino las noches si no sueñas a mi lado... por favor, abre.

Se asoma la ventana y me mira con mi cepillo y mi pasta de dientes en la mano. Le sonrío y ella lo hace también, ya solo queda el broche de oro:

- Por favor, no me prives nunca de esos ojos verdes.

Al final me voy a casa con el pelo lleno de dentífrico, el traje totalmente manchado y tres o cuatro cajas de cartón... ¿Quién demonios iba a acordarse de que eran marrones?