¿Y si nunca encontramos judías mágicas? ¿ Y si solo encontramos... judías?

viernes, 7 de septiembre de 2012

de islas

"Elijo mil veces la isla desierta", dijiste. Y yo no podía verte, pero tenía tus ojos grandes clavados en el pecho, tan vivos en el recuerdo que, por un momento, me pareció que estabas en la misma habitación de espaldas a mí, desnudándote, hablando distraído, sin darte cuenta (como siempre) de lo grande que es todo lo que me dices, sin darte cuenta de cómo aprieto las sábanas mientras te sigo con la mirada, incapaz de abrir la boca, hasta que te tumbas  a mi lado y me preguntas siempre con una sonrisa: ¿Qué te pasa?, y yo "nada, que te quiero, sin más". Pero no dejo de darle vueltas a tus palabras, a tus gestos, a esos ojos tuyos que calan en lo más hondo y que nadie podría sacarse de encima si vieran lo que yo veo cuando me sostienes la mirada.
"Elijo mil veces la isla desierta", dijiste. Y no estabas aquí, pero supe que era verdad, que ya no había vuelta atrás; y te sentí tan cerca que me pareció al cerrar los ojos, sola en mi cama, notar tu respiración en mi pelo.