Dentro de unos años me gustaría dejar de esperar algo de las personas e irme a vivir sola a una cabaña en Aitutaki. Me levantaría todas las mañanas con el sol en la cara y caminaría de una punta a otra de la playa hasta que me diera cuenta de lo absurdo que es moverse sin dirección alguna. Haría cualquier cosa de comer y me sentaría a leer horas y horas frente al mar. No tendría que emitir sonido alguno nunca más, podría olvidar cómo articular las palabras y quedarme tan en silencio que ni yo misma perturbaría mi paz.
Me sentaría al atardecer en mi ventana y fumaría sin mirar hacia atrás hasta que las estrellas me invitasen a tener un sueño tranquilo y sin sobresaltos.
Me gustaría, cuanto antes, dejar la esperanza de que voy a cambiar, de que los demás van a hacerlo, y encerrarme por completo en un presente que no tenga más que naturaleza, silencio, vacío y tranquilidad.
Es un sentimiento que experimento con frecuencia y por eso busco a menudo el refugio en la naturaleza, porque hace tiempo que me di cuenta de que es lo único puro.
ResponderEliminarMe gustaría que tuvieras tu Aitutaki y que el motivo de tu llegada allí no fuera el desengaño, aunque mucho me temo que es mas que probable.
En cualquier caso,que sea hermoso y tranquilo como lo narras.
Tus palabras me dan paz.
(entre tanto, acércate de vez en cuando a la naturaleza, ella siempre abraza)
Una buena imagen que acompaña fielmente tu paraíso ideal.
ResponderEliminarSiempre que se llego a algún lado alguien empezó ese viaje y los sueños son el mejor vehiculo para realizarlos
Pase a saludarte
Hola! Vine a contarte que el estaré en España en algunos recitales de poesía y también para seguir presentando mi novela, Detrás de las sonrisas. El 29-9 estaré en Cordoba, en la Tetería Omundo, después, el 6, 7 y 8 de octubre en Ourense, y del 15 al 19 de octubre en Zaragoza. Ya te iré diciendo los lugares y si se agregan otras fechas. Saludos.
ResponderEliminarKalina bienvenida a mi mundo.
ResponderEliminarHe decidido irme a vivir sola por ese motivo. Y aunque aún no tengo experiencia he de decirte que algo siempre perturba mi paz.
Aquello de lo que huimos nos persigue hasta Aitutaki.
Creo que la paz está dentro de nosotras, y aprender a vivir en sociedad sintiéndonos en paz debe ser la tarea más complicada de toda nuestra vida.
En cuanto a lo de esperar algo de las personas, hace tiempo que he dejado de esperar. Cada día creo menos en el ser humano, por eso lo mejor es rodearse de naturaleza. Coincido con Karenina.
Un abrazo :)
Como tendras que acercarte de vez en cuando a Arutanga (aunque sea a comprar tabaco) no te olvides de entrar en algun cibercafe y dejar unas palabras por aqui ( o unos silencios) para seguir sabiendo de ti.
ResponderEliminarUn saludo, Kalina, ojala encuentres tu Aitutaki.
Mi Señora Kalina,
ResponderEliminarHace ya algún tiempo que pasé por Aitutaki, la verdad que la foto que puso no le hace justicia a los motus (islotes con palmeras y algunos solo de arena blanca) que anidan en su especial laguna.
Aunque la isla principal no es grande, permite diferentes entornos, playas más bellas y menos bellas dentro de un bellísimo entorno y algún palmeral aislado, pero sobre todo mucha construcción turística, resorts en los recodos más paisajísticos y un pequeño aeropuerto, porque la laguna de Aitutaki, dicen que posee las playas más bellas del mundo, y eso, si es así, y puede que lo sea, se publicita para los ricos que quieran conocerla y así lo hacen, durante todo el año y a miles.
Puede llegar a la isla, no es difícil; y buscar el modo de acomodarse por poco dinero, no lo veo imposible, siempre hay un modo si el interés es grande, el tiempo sobra y está dispuesta a sacrificarse en el paraíso.
Pero dudo que pueda estar sola como dice, en las islas de la Polinesia, es cultural que tanto los espacios como (incluso los bienes sean comunes) la intimidad europea deberá olvidarla, y como antaño en las casas de los pueblos, entrarán en su cabaña con una u otra excusa o sin excusa.
Los niveles de belleza en el pacífico varían entre magnífico y grandioso, así que yo evitaría Aitutaki como lugar de residencia y me iría a cualquier isla, a la que solo se llegase por barco (la mayoría) de ese modo sí que estará más aislada, y las hay incluso con riachuelos de agua fresca, y quizás en alguna podría evitar más de siete visitas por semana de locales (alguna de turistas, no se deshará tan fácilmente de ellos ;)
De todas maneras, aprenderá si allí se muda, que en las islas se sobrevive, necesariamente gracias a los otros y solo se vive en una isla, si los otros lo permiten y te aceptan.
Existen las islas desiertas, no lo dude, pero existen también sólidas razones para que sigan desiertas, y si los habitantes de sus archipiélagos no las habitan, es de sentido común tenerlo en cuenta.
Suyo, Z+-----