¿Y si nunca encontramos judías mágicas? ¿ Y si solo encontramos... judías?

martes, 5 de julio de 2011

Retamar


Aún no soy fuerte del todo y lloro por dentro como una niña cuando me vienen los recuerdos.
Hoy fui a mi casa, la casa de la que tuve que irme hace años  y a la que no he vuelto desde hace mucho tiempo. Allí he pasado la mitad de mi vida, he conocido a muchas personas que me han marcado en todos los sentidos. Allí he sido feliz, y mucho.

El olor a Eucalipto, a cloro. El sonido de mis zapatos contra las ramitas de la rambla, pasar la mano por los muros blancos, sonreír al escuchar a los niños jugando. Cuando yo era pequeña, muchos no habían nacido, otros eran los hermanitos de mis amigos, y ahora son ellos los que ocupan el lugar que disfrutamos nosotros tantísimos años. Durante un segundo siento rabia, envidia, como si estuvieran cogiendo algo muy preciado que me pertenece y pudieran hacerle cualquier cosa. Es normal, ahora le toca a ellos, a mi me quedan otras muchas cosas más.

 Y mi casa, la única que yo siento de veras como mía a pesar de todo. Hay cosas que no se han movido de sitio desde que yo me fui, ya sea por nostalgia o por indiferencia, pero me provocan una sensación extraña. Podría decirse que en esas cuatro paredes el tiempo se ha detenido en una etapa no muy buena. El polvo se amontona y los bichos se pasean por todo esto que algún día será mío otra vez.
Y mi cuarto... en esa misma cama he amado tantísimo...no puedo mirarla sin sentir el nudo en la garganta, el frío en el estómago, la sensación de que nada esta yendo como pensaba en esa época.

Hay tantas cosas aquí que querría tener, tantas sensaciones que me gustaría volver a sentir. Me estoy helando, iba siendo hora. Hay temas de los que no quiero volver a hablar, mucha gente que no quiero volver a tocar, que no soportaría que se metiera de nuevo en mi piel, y sin embargo, aquí, esta casa, me trae la inocencia, las ganas...me saca la sonrisa de medio lado, hacía mucho tiempo que no la veía en el espejo.

Al final me vuelvo a mi casa de ahora, en el autobús mirando el camino pesado que hacía para ir a la parada del colegio, el Toyo donde fumábamos y hablábamos sin parar pensando que así nos conoceríamos a nosotros mismos, y cierro los ojos, y cojo mucho aire, y pasa, y la vida continúa, y allí anclados se quedan mis recuerdos.


9 comentarios:

  1. Antonio Hedrer Gudene5 de julio de 2011, 23:29

    Muy bonito Kalina, y te entiendo perfectamente, son sitios con muchos recuerdos y de todo tipo, lo que los hace más especiales aún, cualquier reminiscencia de aquel lugar sirve para erizar la piel o retraernos el pecho inconscientemente.
    Pero igual que todo el tiempo pasa, y para eso quedan los recuerdos, para que más adelante en ocasiones como estas seamos capaces de recordar toda la alegría y toda la pena que hemos sentido en determinados momentos, momentos que forman parte de la vida de cada uno y nos definen un poquito como personas.

    ResponderEliminar
  2. Deberíamos hablar en persona, ¿dónde te metes? He ido a buscarte por tuenti y no estabas!
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Nuestros recuerdo toman fortaleza cuando volvemos a esos lugares, a esas personas a ese instante que aun sigue en nuestro corazón...es nuestro y nadie jamás nos lo podrá quitar.

    Te dejo un abrazo inmenso.

    ResponderEliminar
  4. Kalina, no te llegas a imaginar cómo te entiendo, no te lo llegas a imaginar...
    Un abrazo y no olvides nada de eso. Los recuerdos que duelen por su belleza son los que nos mantienen vivos por dentro.

    ResponderEliminar
  5. Lo unico que te digo, esque te entiendo muchoooo. YO tb me tuve que ir de huercal, era campo pero, alli fui muy feliz, mi niñez, amigos... en fin. _Un beso.

    Por cierto, soy mar, he tenido que cerrar el otro blog por problemillas que me estaba dando. Agregame a este.

    ResponderEliminar
  6. Te llegó el comentario? es que no sé qué hice y desapareció TT.TT

    En fin un abrazote y cuídate mucho!! espero que estés bien y pronto volveré y compensaré mi ausencia XDDD

    ResponderEliminar
  7. Esa misma cama he amado tantísimo.

    ME HAS MATAO

    ResponderEliminar
  8. Esos sitio tienen vida própia. A veces huímos de ellos y otras volvemos como el asesino que vuelve al lugar del crimen.

    Steppen.

    ResponderEliminar
  9. Aquí me has pillao... Qué puedo decir?
    Pues solo que te quedes con lo hermosa que fue tu infancia. Eso es un tesoro que te mantiene fuerte a lo largo de la vida.

    ResponderEliminar