¿Y si nunca encontramos judías mágicas? ¿ Y si solo encontramos... judías?

jueves, 28 de abril de 2011

Otro movimiento curioso



Hoy, estaba leyendo un libro maravilloso en una terraza al sol Almeriense, tomándome una caña y disfrutando un poco del relax de tener por única compañía un puñado de letras que quieren contar mil cosas. 
En un momento, después de devorar unas cuantas páginas, he alzado la vista para tomar mi vaso, y me he encontrado con una sombra que se proyectaba en mi mesa. El dueño de dicho espejismo de uno mismo, era un señor que miraba en dirección a la playa. Por encimilla de mi cerveza, me permití el lujo de observarle durante unos instantes (cosa que me encanta hacer) y no pude resistir la tentación de hacer volar a mi imaginación (que también me encanta, todo sea dicho). Me imaginé que por lo mal planchada que tenía la camisa a cuadros azules y verdes, la forma de coger su caña tan lentamente y la mirada perdida en la nada, debía de ser un hombre al que le acababa de ocurrir algo terrible. 
Imaginé un montón de escenas mientras intentaba concentrarme de nuevo en la lectura. No sé ni cuántas veces pude leer las mismas frases " Consecuencias. Así son las cosas, muchacho. Siempre hay consecuencias se quiera o no", pero es que era inevitable no permitir que las imágenes de una mujer metida en un vestido de flores, le tiraba al pobre señor una caja llena de todas sus cosas, o que su hijo le había confesado algo terrible, o que le habían echado del trabajo. 

El señor acabó dándome tanta lástima que me quedé mirándole sin ningún tipo de decoro. Cuando notó el peso de mis ojos en su perfil, se giró lentamente y me miró también. Fueron unos segundos en los que yo creí estar en sintonia con su dolor, y mentalmente le mandaba mensajes del tipo "no te preocupes, no estás solo" ,"¿sabes? la vida sigue, amigo, tienes que tirar para delante". Llegué a pensar mientras nos mirábamos, que todo en ese hombre era bondad, que no merecía sus pensamientos no escuchados, perdidos en cualquier parte.
Y justo cuando parecía que despegaba los labios, que iba a revelarme algo crucial, me ha guiñado el ojo, me ha lanzado un beso y se ha tocado el paquete. 

O nada es lo que parece, o yo tengo que dejar de hacer volar a mi imaginación

lunes, 25 de abril de 2011

Volver


(...)Desde la furgoneta veo la lluvia paseando por los cristales, y pienso que hay pocos sonidos naturales tan bellos y reconfortantes como éste. A las personas que comparten estancia conmigo en esta casa con 4 ruedas la lluvia no les gusta demasiado, por ejemplo, mi madre no deja de bufar no se qué cosa de que Dios no puede ser Cristiano, que sino, no llovería siempre en semana santa. Por otro lado, mi perra ha llegado empapada de la calle y nos mira reprochándonos el haberla sacado con la llorera que se trae el cielo. Pero, ¿Quién iba a saber que llovería?, como casi todas las cosas de esta vida, pasó de repente.

Miro por la ventana y pienso en muchas cosas, aunque  siempre es en la misma persona, sólo cambian las situaciones. A él sí que le gusta la lluvia y seguramente si estuviera aquí a mi lado, me abrazaría contra el frío, seguiríamos el nacer y el morir de las gotas en el cristal y acabaríamos haciendo el amor en el no poco espacio que deja una cama dentro de este coche.

Ahora estoy aquí, y contra todo pronóstico, el echar de menos no es algo negativo. Paso mucho tiempo leyendo y tocando, dándome cuenta de que todo empieza a tener un sabor distinto, uno que ya había aprendido a no necesitar con el paso del tiempo, y ahora que no está la necesidad y únicamente los sentimientos en su forma más pura, no puedo evitar sonreír por todo y bucear en la sensación tan maravillosa de saber que en cualquier parte del mundo puede haber alguien que te quiere en su vida.

lunes, 18 de abril de 2011

für A


Cada mirada hacia el pasado, cada calada a la nostalgia, al recuerdo del amor que ya no está, cada paso creído hacia delante (que en realidad es una carrera de espaldas al futuro), cada gramito de esperanza mal lograda, iban construyendo a lo largo de toda mi espalda unos grilletes que se me clavaban en la piel y me conectaban con una tierra que yo ya tendría que haber dejado. Lo bueno de tener los grilletes es que notas su peso, notas su rasgar sobre tu cuerpo, y te das cuenta de que no estás haciendo las cosas bien. Lo malo de tenerlos es que cada intento de abanzar, tira de la cuerda que conecta tu alma encadenada al pasado y el grillete tira. Tira y te arranca un poco de piel, te va dejando el cuerpo dolorido. Digo lo malo porque a nadie le gusta el dolor, tendemos a conformarnos con lo que hay, a pesar de que no es bueno para nosotros, a pesar de que no somos dueños realmente de nuestras emociones.

He conseguido andar hacia adeante muy poco a poco, tirando de las cuerdas, de los grilletes, de mi mundo entero y ahora estoy aquí, con el alma en carne viva y más feliz que en mucho tiempo.

viernes, 15 de abril de 2011

trabajo = recompensa

Qué satisfacción subir a un escenario y disfrutar el resultado de tantas horas de trabajo. Qué maravilla tener a una persona tan cercana haciendo música a la par que tú, acompañando tu melodía, complementando tu trabajo, tus emociones, tu sonido. Qué reconfortante subir a un escenario, mirar abajo y ver las dos primeras filas con la gente a la que quieres, esperando a escucharte con una sonrisa en la cara... sabes que te van a apoyar lo hagas como lo hagas y vayas donde vayas, sólo por esa maravillosa sensación, el trabajo de la música merece la pena.

Las audiciones no fueron perfectas ni mucho menos, aún queda mucho trabajo por hacer y nunca me he sentido con más ganas de seguir adelante, por fin tengo verdaderamente claro que este es el camino que de verdad quiero seguir, sólo faltaba disfrutar y saborear el fruto del esfuerzo, poder regodearte en la linda sensación de que personas que no conoces de nada se te acerquen y te digan que les has emocionados, que les has gustado mucho, o que las que te conocen de siempre se sientan orgullosos de ti.

Os dejo algunas fotos del concierto, me las sacó mi amiga Paula, la cual ha demostrado ser una fotógrafa excelente:



sábado, 9 de abril de 2011

Relatos de olvido desde la distancia


Ella solía esperarme siempre en el mismo sitio, cada vez con un libro diferente en la mano, y es que los devoraba, era increíble. Lo mismo una semana la veía bajo la luz de la farola muy metida en un realismo Ruso de la mano de Tólstoi, que al siguiente viernes intuías su risa mal disimulada tras las páginas de Álvaro de la Iglesia. Y cómo me gusta esa sonrisa, si hubiera podido recogerla en alguna cámara, seguramente su imagen decoraría el techo de mi cuarto entero, así, al abrir los ojos, ella aún estaría cerca, feliz, completa.

Tacho los días en el calendario y me siento absurdo, tantas cruces voy dejando atrás, tantos días sin saber qué ha sido de esos ojos negros que me esperaban siempre en el mismo sitio, a la misma hora, como un ostinato interminable, pero lo cierto es que todo acaba, ¿no es así?. ¿Por dónde andarán ahora su labios suaves, su cuerpo frágil, su mirada fija?, ¿seguirá haciendo el amor susurrando en Francés a otros cuerpos que no son el mío?.

Aún hoy, cuando ando por la calle, voy fijando la vista en todas las chicas que se dan un aire a ella. Tengo la ligera esperanza de que alguna me llame desde lejos y me diga "estoy aquí, no voy a volver a irme a ninguna parte", pero ninguna lo hace y vuelvo a sentirme ridículo y cansado. Todas esas chicas que bien podrían ser ella, cruzan la calle con destinos que sólo sus pies conocen, suben a sus coches, sus bicis, se van con su vida ondeando los vestidos  y la mía se queda ahí parada, en mitad de la acera, con los ojos rotos de no verla.

A veces, cuando me levanto solo en mitad de la noche, me hundo en las sábanas azules y canto esa canción ahogada que tanto le gustaba,  y juego a que está mi lado y no puede dormir sin su canción, se la comen los recuerdos que le velan los ojos y necesita escuchar mi voz mal entonada otra vez para poder soportar el dolor que sentía, ¿que siente?, yo ya no puedo saberlo, ni tampoco si sigue recordando esa sucesión de notas tan cursi, tan idiota, como todo lo que hicimos al fin y al cabo.

Debería odiarla en vez de odiarme a mí mismo por no saber qué hice mal exactamente, por qué un día como otro cualquiera ella no estaba ya debajo de la farola, en la estación, esperándome como cada Viernes. No tuve ni una palabra, tampoco haría falta, sólo me gustaría poder mirar sus ojos negros una última vez y poder comprender qué pasaba por esa cabeza inaccesible, si mi amor le causaba más heridas aún, si tener a alguien a su lado que la amara de verdad le recordaba lo poco que la había querido anteriormente.

Pasa otro día más, tacho el calendario y me voy a la cama sin esperar enredarme entre sus brazos.



("Yo se que estarás escondida dejando la luz encendida quedándose medio dormida buscando en el sueño dónde está la salida, qué va, no hay quien encuentre esa llamada perdida, no hay quién te salve la vida, estarás vestida de novia en las Vegas, serás una estrella que ya no brilla)

martes, 5 de abril de 2011

Paréntesis con Bartók

¿Y qué hago yo con estas ganas de derramar tristeza que tienen mis ojos?
¿para qué las cuerdas vocales sino para anudar mi garganta?
¿Qué hago con el agujero en las entrañas?.
El consuelo de que estás en alguna parte ya no alcanza,
el alivio de lo profundo, lo eterno,
se esfuma tan rápido
que no deja apenas huellas en el recuerdo.
Toca entonces jugar a que te adivino:
por dónde viniste,
para qué llegaste,
por qué nombre he de llamarte.
¿Y qué hago yo ahora con este absurdo de soñar?
Ya nadie sostiene la bandera,
nos caemos con cada capricho del viento.

sábado, 2 de abril de 2011

Quiero la baja, exceso de mentiras.

Ya no queda ni rastro de la persona a la que tanto quise, ¿cómo puede ser que la gente cambie tanto?.
Cambiar hasta el punto de que las cosas que tanto despreciabas, ahora tienen un primer lugar en tu vida, gente que no soportabas, ahora es prácticamente imprescindible.
Tantas cosas que hemos compartido y ahora me parece casi imposible volver a hacer, ¿te vienes a escucharme tocar?, ¿me acompañas al recital de poesía?, ¿quieres ver una exposición de fotografía conmigo?. Pero lo que más me choca es la gente, de verdad, cómo puedes criticar a tantas personas, su actitud, y luego cuando no estás conmigo te falta besarles los pies.

Una de dos, o hay personas con la capacidad de transformarse totalmente en 2 meses, o me han estado mintiendo durante tanto tiempo que ya soy incapaz de distinguir que ha habido de real en todo lo que ha pasado.

Miro tus ojos indiferentes, tu actitud, tu porte y siento asco. Siento asco porque estás empezando a ser lo que desprecio y tengo muchos recuerdos encontrados en este momento. No me vas a hacer llorar, ni siquiera pienso dedicarte ni un segundo de tristeza, pero lo que si me gustaría, más que nada en este mundo, es poder darte un guantazo de realidad y que vieras lo triste y vacía que se va a volver tu vida.